Siseos en los gatos: lo que hay que saber
Aunque los gatos, por supuesto, no pueden hablar, aún son capaces de comunicarse mediante diferentes vocalizaciones y su lenguaje corporal. Uno de los sonidos comunes en el repertorio de un gato es el gruñido.
A continuación, le explicaremos lo que su compañero cuadrúpedo quiere decirle y por qué los gatos suelen gruñir.
El gruñido en los gatos puede tener diferentes motivos
Los gatos pueden gruñir desde el nacimiento. Utilizan el sonido desde pequeños como una señal de advertencia para mantener alejado a su interlocutor o para ahuyentarlo.
A menudo, el gruñido en los gatos va acompañado de orejas pegadas, pelo erizado y una espalda encorvada. Dependiendo de la causa, los gatos también pueden gritar o gemir además de gruñir.
Cuando un gato gruñe, puede haber diversas razones. Este comportamiento se puede observar tanto hacia las personas como en la interacción con congéneres y otros animales. Independientemente de la situación, puede suponer que su compañero está expresando su descontento de esta manera y que algo le desagrada en la situación actual.
El gruñido en los gatos puede tener, entre otras, las siguientes causas:
- Inseguridad debido a cambios como mudanzas y nuevos compañeros de dos o cuatro patas
- Miedo a ruidos fuertes, olores extraños o una próxima visita al veterinario
- Defensa de su propio lugar de descanso o incluso del alimento para gatos
- Niños o congéneres entrometidos que hacen que el compañero se sienta acosado
- Amenazas percibidas, como un perro que asustó al gato
Por qué los gatos gruñen a otros gatos
Los gatos son típicamente animales solitarios que, a diferencia de los perros, no viven en manadas. Aunque a menudo tiene sentido mantener a dos gatos juntos, especialmente para los dueños que trabajan, puede haber conflictos entre los animales.
Especialmente cuando llega un nuevo gato, no es raro que sea gruñido al principio, ya que se percibe como un intruso en el territorio establecido del gato doméstico.
Para evitar problemas continuos y luchas por el orden jerárquico, es importante presentar adecuadamente a los gatos y darles la oportunidad de acostumbrarse lentamente entre ellos.
En condiciones normales, la convivencia pacífica no debería ser un problema y, en el futuro, sus gatos no deberían gruñirse mutuamente, o solo en casos excepcionales.
Evite a un gato que gruñe
Si un gato le gruñe, significa que no debe acercarse al compañero en ese momento. Especialmente si se agregan señales corporales como pelo erizado o orejas pegadas al gruñido, puede asumir que el compañero está listo para defenderse.
Si no es una situación de emergencia evidente, debe tratar de evitar al gato que gruñe y no molestar al compañero malhumorado aún más. También es desaconsejable regañar a un gato debido al gruñido. De esta manera, en el mejor de los casos, logrará lo contrario y hará que el compañero sea aún más agresivo.
Gruñidos en gatos con dolor
Es completamente posible que los gatos gruñan regularmente a sus dueños porque están enfermos y sienten dolor. Si su gato lo gruñe repetidamente sin motivo aparente, debe vigilar de cerca a su compañero. Si nota además del gruñido otras anomalías, es recomendable visitar al veterinario para investigar posibles problemas de salud.
Nuestra conclusión sobre el gruñido en los gatos
Como puede ver, los gatos pueden gruñir por diversas razones. Sin embargo, la vocalización siempre les sirve como una señal de advertencia para ahuyentar o mantener alejado a su interlocutor.
En general, debe tomar en serio el gruñido de un gato y respetar que el compañero desea estar tranquilo en ese momento. Intervenga solo en situaciones de emergencia reales o en posibles problemas de salud como causa del gruñido. Sin embargo, tenga en cuenta que en ese caso podría sentir las garras de su compañero.
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